Demasiadas cosas: demasiada oferta, demasiados conciertos, fiestas, conferencias. A veces pienso que hay mucha más gente haciendo cosas que gente dispuesta a ver esas cosas. Y eso pasó. Día Europeo de la Música, tropecientos conciertos gratuitos en Madrid, un mega festival a sólo 500 metros de nosotros con Planetas, Pinker Tones, Sunday Drivers... Demasiada gente vino aún.
La sala, fantástica, pequeña, pero acondicionada como un estudio, sonaba de fábula; la gente, superamable... conciertazo con Ilia como nuevo bajista.
Fue un palizón, y aún no he decidido si valió la pena. Pero ahí queda la música y las risas.
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