Un reputado músico con el que colaboro desde hace casi diez años me lo dijo el otro día, y yo me di cuenta de que, no sólo estoy de acuerdo sino que, inconscientemente, llevaba la idea rumiando desde hace meses:
A estas alturas de siglo, de historia de la música, con la que está cayendo y demás, lo mejor que podemos hacer es que nuestras canciones hablen del amor. Amor a los amigos, amor a la pareja, amor a la familia, amor a la música.
De amor.
Y yo me di cuenta de que en realidad, las últimas canciones que están saliendo del horno (y en este curso van ya siete) son así.
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