Esta semana, sin bolos, me faltaba algo. Fuimos el sábado a la entrega dels Premis Tiran, al audiovisual valenciano, al que estábamos seleccionados, pero a última hora del viernes, ya descolgados de la nominación final. Fue un acto largo, no en tiempo, puesto que duró algo más de una hora, pero sí en pesadez, porque habían como siete mil premios: "mejor cortometraje en vídeo, mejor cortometraje en 35 mm., mejor largometraje valenciano, mejor largomentraje español, mejor largometraje según el público", incluso había un premio a la mejor adaptación para el doblaje en valenciano... largo. Y los agradecimientos alternaban entre el "chupémonos las pollas aquí y ahora" y el "chúpemonos las pollas aquí y ahora, porque somos los mejores aunque los políticos no nos han subvencionado, qué malos son". Uf.
Desigual y yo pululamos por allí en el cóctel de después intentando elegir el Premi Tirant al millor canapé". Ganó el montadito de queso azul con una nuez encima.
Lo increíble es que, siendo un mundo tan ajeno a nosotros, conociéramos a varias personas que andaban por allí, dos de ellos habían vivido en un piso de nuestra propiedad, y los demás, músicos.
Después, al Bad Voodoo a la sesión de Kaiko DJ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario