La degeneración de la degeneración.
Fuimos tres. Por asuntos varios, la formación se redujo a batería, teclados (con el bajo en la mano izquierda) y un servidor a la guitarra...
Y funcionó.
Levantamos el local, y el público acabó arremolinado a nuestro alrededor, pidiendo más. Suponemos que a esas horas, el alcohol ya circulaba abundantemente y eso también influye.
Como dice Mauri Sanchís, Less is more.
Además, unas chicas muy amables (entre ellas, la hija del alcalde), nos atendieron, nos compraron discos y prometieron que nos enviarían fotos...
Y ahora, hasta marzo, nada, a concentrarse en el videoclip.
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